lunes, 11 de junio de 2007

DEL HUAPANGO, EL BAILE Y SU DIVERSIDAD

LOS ESTILOS DE BAILAR HUAPANGO
La Huasteca es un crisol de expresiones estéticas, en todo lo largo y ancho de su extensión territorial. Ya lo señala el sociólogo Gilberto Giménez, hablando del territorio, que este existe en tanto que un espacio es valorizado culturalmente; por consiguiente, las formas en que se expresan dichas valorizaciones son variadas, manifestándose en fenómenos diversos como pueden serlo la música y la danza, y en este sentido el territorio mismo se vuelve sonido y se hace cuerpo.
El género coreográfico-musical más conocido -como también el más estereotipado- hacia el exterior de dicha región, con todo y sus diferencias locales, es el huapango, generalmente denominado son huasteco, cual si fuera la única forma de son existente en la huasteca, cuando hasta dentro de éste existen diferencias notables.Tan sólo en la porción que corresponde al estado de San Luis Potosí podemos encontrar variantes en este género, en cuanto al baile se refiere. En este tenor, resulta por demás significativo el hecho de que en un mismo municipio las formas de bailar el huapango guardan sus diferencias entre las comunidades que dan cuerpo a esta demarcación (cabe mencionar que la delimitación política no homogeneiza las expresiones culturales, aún dentro de un pequeño territorio local). No se baila de igual manera en una comunidad con mayoría de población indígena que en una en la cual la población dominante es mestiza, pues las maneras de expresar con el cuerpo son diferentes en cada una -cuestión que es necesario señalar pero imposible de abordar desde este artículo- y sin embargo juntos forman parte de un mismo espacio territorial -esto dicho también en términos generales, pues ambos valorizan su espacio de manera diferenciada- como lo puede ser, para nuestro caso, el municipal.
En efecto, grupos socioculturales colindantes, conjuntados política y administrativamente en comunidades, ejidos o barrios, disfrutan y se expresan de manera diferente en el acto de bailar el huapango.Intentaremos ilustrar esta idea exponiendo de manera breve algunos elementos. Si bien se entiende que existen pasos característicos de esta forma de baile, éstos llegan a tener sus pequeñas grandes diferencias de una comunidad a otra, otorgándole cada cual un carácter particular por las formas y connotaciones culturales que pueda tener. Está el caso de que cuando unos hacen el zapateado con golpes más asentados, realizando un desplazamiento amplio del peso corporal en cada pisada, otros lo resuelven con una suerte de rebote o muelleo del cuerpo para evitar aquél amplio desplazamiento, logrando un efecto un tanto similar, aunque haciendo la trayectoria entre un paso y otro más corta, lo que hace que varíe su ritmo sobre el tiempo musical, sin embargo manteniendo la coherencia con éste. Otra cuestión que podemos comentar en este sentido corresponde al espacio en el cual se baila y en los desplazamientos que se realizan en él: mientras a unos gusta permanecer relativamente en un mismo sitio -haciendo cruces entre sí, giros u otros diseños, pero sin ocupar una mayor extensión espacial- otros prefieren los desplazamientos largos en pareja, aprovechando la posible extensión de dicho espacio, como puede hacerse mediante líneas rectas hacia las laterales. Por otro lado está la intención que se establece para con la pareja de baile, misma que tiene que ver con cuestiones varias, tales como las relaciones de género y la ideología que gira en torno a éstas, entre otras posibilidades. En este punto podríamos preguntarnos ¿qué es lo que buscan los sujetos al estar moviéndose junto a la pareja de baile y qué desea expresar el cuerpo en cada contexto?
Como podemos entrever a partir de lo anterior, las variantes en la forma de bailar son parte inherente de la diversidad cultural existente en esta región, y de cómo el espacio y el cuerpo son entendidos y expresados dentro de ella. Ante esto, parece necesario reconocer que lo poco o mucho que podamos saber de manera general respecto a un fenómeno cultural como lo es el huapango (su música, su poesía, su baile y su contexto) no nos permite encasillarlo de buenas a primeras mediante formas determinadas y determinantes como son los estereotipos que dejan de lado toda una gama de realidades expresivas. ¿Cómo puede insistirse en la pretensión de reducir a un sólo modelo -el famoso "estilo estatal" (veracruzano, potosino, tamaulipeco, queretano, polano e hidalguense )- la riqueza que pueden brindar los cuerpos moviéndose en espacios y tiempos culturalmente diferenciados, aún dentro de un mismo territorio local como puede serlo el municipal, sin antes ponernos a considerar la diversidad de factores que existen para su producción y reproducción y que son los que le otorgan las formas y los sentidos igualmente diversos que podemos observar en un momento determinado?.
Finalmente, debo aclarar que con lo aquí expuesto no se pretende descalificar aquellas formas estereotípicas mencionadas -hay que reconocerlo, tienen lo suyo como creación estética-, sino invitar a la reflexión para entenderlas como tales y preguntarnos a la vez sobre los criterios con los cuales han sido construidas para poder entender y reconocer qué es lo que estamos haciendo y en qué nos estamos basando a la hora de bailar y concebir el huapango. Esto como un primer paso. Después, cada quién hará lo que le corresponda.

* Iván Cruz y Cruz es egresado de la Escuela Nacional de Antropología e Historia.
Dejo aquí algunos videos que ejemplifican los estilos llamados estatales, que son los que se usan en los concursos nacionales.
ESTILO HIDALGUENSE:

ESTILO TAMAULIPECO

ESTILO VERACRUZANO

ESTILO QUERETANO

ESTILO POBLANO

POTOSINO



GUANAJUATO

Aunque este estado no esta considerado dentro de la región huasteca, aquí se bailan los huapangos arribeños cuyos máximos exponentes son Guillermo Velazques y los Leones de la Sierra.

1 comentario:

Anónimo dijo...

hola!1 no tendran fotos de los vestuarios de las diferentes estilos?